miércoles, 27 de marzo de 2013

Más que palabras

Siento una particular fascinación por el lenguaje no verbal, por aquello que se dice sin articular palabra y se refleja en los ojos, la boca y el cuerpo, y no es que esté siempre atenta a observarlo, pero a veces me encuentro con cosas que definitivamente llaman mi atención.

Claro, quizás el video que les quiero mostrar no me sería tan llamativo sin conocer un poco la historia que hay detrás.

Es una de esas historias que parecen salidas de un libro...  Y es que la realidad y la ficción son cómplices y se copian una a la otra.

Marina Abramovic y Ulay mantuvieron una intensa relación amorosa y artística. Ambos tenían interés por lo ritual, lo simbólico y las relaciones humanas, y durante doce años se dedicaron al perfomance.


Solo para poner un ejemplo,  en una pieza que titularon "La muerte misma", con la que exploraban la habilidad del individuo de absorber la vida de otra persona, cambiándola y destruyéndola, unieron sus bocas respirando el aire que exhalaba el otro hasta caer inconscientes pues sus pulmones se llenaron de dióxido de carbono.

Siempre apegados a lo simbólico, cuando su relación se acercaba al final, realizaron una última performance titulada "Los amantes" y ambos caminaron 2.500 kilómetros, desde cada extremo de la Gran Muralla China, hasta encontrarse en el centro, darse un abrazo final y dejar de verse y hablarse durante 23 años.


En el 2010, el MoMA fue escenario de una gran retrospectiva de la obra de Marina, allí ella
realizó la presentación performática más extensa de su carrera "The Artist is present" y pasó 716 horas y media sentada inmóvil frente a una mesa, donde los espectadores hicieron largas filas y tomaron turnos para estar un minuto enfrente de ella y mirarse a los ojos.

Tras 23 años, Ulay hizo una aparición sorpresa y acá pueden ver ustedes el video.